Debo reconocerle al cuerpo directivo, académico administrativo, superiores jerárquicos inmediatos y a tantos y tan especiales compañeros(as) de trabajo de esa queridísima Alma Mater, la confianza y credibilidad que a toda hora y sin reserva alguna, depositaron en mí para poder ejercer con responsabilidad y eficiencia las funciones que durante casi cuatro décadas continuas me fueron asignadas por la USTA para contribuir a cumplir con éxito los nobles propósitos misionales de la Universidad en el ámbito nacional e internacional.
Honestamente debo confesar que en aquel entonces, por los años 80 cuando recién iniciaba mi recorrido por la Universidad, jamás imaginé que fuera a perdurar tanto tiempo, pero debido a la gran acogida por parte de los Frailes Dominicos y de ciertos jefes inmediatos como la Dra. Ana Dolores Medina de Ruíz(QEPD), que con sus sabios y oportunos consejos, valiosas enseñanzas impartidas con gustosa, pronta y desbordada generosidad, hicieron que el tiempo fuera pasando sin que me diera cuenta, y hoy cuando me ausento de mi querida USTA, me voy con la enorme satisfacción del deber bien cumplido, con grandes experiencias adquiridas y gratos recuerdos de momentos compartidos.
Finalmente, de todo corazón reitero mis más cálidos agradecimientos a toda la Comunidad Dominica, a mi familia por ser mi apoyo incondicional, y a todas y cada una de las personas y amigos(as) que, con decisión, entusiasmo, desinterés, eficiencia, lealtad y cariño, me acompañaron durante todos estos años.
Con mucho cariño.
Luz Matilde Gómez N.
“Gracias Dios por los dones recibidos, por iluminar mi vida, por ser mi luz, mi esperanza y mi guía”